La democracia parte del principio de que todos los miembros de la comunidad política deben ser tratados -bajo La Constitución- como si todos estuvieran igualmente cualificados para participar en el proceso de toma de decisiones públicas.
Robert A. Dahl
31 de enero de 2013
29 de enero de 2013
Aproximación a la complejidad
Mi objetivo como escritor es hacer lo más posible a la vez. La vida misma es tan cacofónica y compleja. No es que quiera crear una cacofonía, pero quiero hacer justicia a la complejidad que nos rodea. No quiero simplificar demasiado. Quiero tomar una cosa y construir a partir de eso, y luego seguir construyendo hasta comenzar a aproximarme a la complejidad del mundo y nuestra percepción de ella.
Jennifer Egan.
Democratización del saber, de Gutenberg a Google
La historia siempre resulta interesante y asistir a una lección magistral de Peter Burke es la evidencia. Burke es uno de los historiadores culturales más destacados del mundo anglosajón y ayer impartió en Barcelona una sugerente conferencia titulada "El saber".
Los cambios del presente están animando a los historiadores a mirar de forma diferente lo que acontece, muchos están entregados a la denominada "historia social del conocimiento", una nueva disciplina que se ocupa de la divulgación y consumo del conocimiento disponible en cada momento histórico.
La
historia social del conocimiento se desarrolla sobre la base de dos fuerzas antagónicas: aquella que
desea difundir el saber y avanzar hacia el conocimiento común, y
aquella que restringe el acceso al saber para reducirlo a conocimiento privado.
El
desarrollo histórico de este proceso se inicia con Gutenberg y se
prolonga hasta nuestros días con Google. La imprenta fue el primer
instrumento al servicio de la expansión del conocimiento. No fue fácil. Hubo
que salvar no pocas dificultades generadas por el saber dominante del momento,
gobiernos, iglesia y universidades.
En
el siglo XVIII las enciclopedias
sustituyeron el latín por las lenguas vernáculas y empezaron a incorporar
conocimientos prácticos de diferentes oficios, con llamativas ilustraciones que llegaban
fácilmente al gran público. Hasta entonces sólo incluían conocimientos
reservados a un público muy restringido. Los gremios profesiones y los artesanos
pronto entendieron que la difusión del conocimiento contribuía decididamente a
la mejora de la economía y el bienestar.
En
el siglo XIX el saber común se
materializó en instituciones públicas y en enciclopedias populares. A
principios de siglo la invención de la prensa y las innovaciones en la
fabricación del papel abarataron la impresión de diarios. La política y las
primeras democracias parlamentarias llegaron a depender de esta nueva
invención. Por su parte la alfabetización se encontraba en pleno proceso de
expansión.
En
el siglo XX tres revoluciones
tecnológicas cambiaron el panorama: la radio, la televisión e Internet. Cada
una de ellas ha contribuido a su manera a cumplir poco a poco el sueño de un
saber común. Otra circunstancia favorable en este proceso fue la asunción de una lengua común,
el inglés. El conocimiento común requiere una lengua común necesariamente.
Todas
estas condiciones han facilitado el avance de la democratización
del saber. Las universidades abiertas y a distancia también están contribuyendo.
La formación en línea ha fomentado la aparición de un nuevo fenómeno llamado “ciencia ciudadana”. Se trata de un
intento de aprovechar el entusiasmo de los aficionados a las disciplinas
científicas para que colaboren desinteresadamente en la recopilación de datos empíricos
a través de Internet.
En
cuanto a las enciclopedias actuales hay que decir que han quedado totalmente obsoletas.
El nuevo proyecto es la Wikipedia, la
enciclopedia libre. Los libros electrónicos están contribuyendo también a
transformar la investigación, especialmente en el campo de las humanidades. No todos estos proyectos tienen afán de lucro. Muchos autores están cediendo voluntariamente sus derechos de autor, contribuyendo de esta esta forma a la democratización
del conocimiento.
En
el ámbito político prima la transparencia
y el acceso libre a la
información. Esta tendencia no ha venido de la mano de los gobiernos sino de periodistas,
colectivos profesionales y ciudadanos. Por otra parte, en los últimos años ha
empezado a extenderse la divulgación de secretos. La idea de que los secretos deben ser públicos empieza a
consolidarse. De esta forma, poco a poco, el saber es cada vez más común y
menos privado.
Sin embargo no hay que caer en el triunfalismo, la fuerza contraria a la difusión del saber sigue viva. En la actualidad existen tres factores que amenazan el proceso
de democratización del saber: la especialización intelectual, la censura
gubernamental y la propiedad del conocimiento.
Especialización intelectual. Hoy en día sabemos más que nunca,
pero es difícil tener una visión en común. El saber humanístico y
el científico se distancian progresivamente, aumentan los especialistas y, a su
vez, las dificultades para comunicar y compartir conocimiento. Vivimos en una época de explosión informativa pero también de fragmentación
del saber.
Censura gubernamental. La segunda amenaza proviene de los
diferentes regímenes políticos. Todos los gobiernos tienden en mayor o menor
medida a la censura y a la restricción del saber. Generalmente se muestran
reacios a la difusión de la información y algunos de ellos utilizan métodos poco democráticos para
conseguir sus fines.
Propiedad del conocimiento. La tercera amenaza del saber común
proviene de la tendencia a la privatización del conocimiento. Las grandes empresas
multinacionales privatizan el saber mediante el uso de patentes y derechos de
autor. En la actualidad algunas de ellas intentan patentar el uso de determinadas
plantas medicinales, especies vegetales y animales a través de una práctica
denominada “biopiratería”.
¿Qué hacer ante tal situación? Burke
considera que las dos fuerzas que mueven la historia social del conocimiento no
representan el bien y el mal, esto sería un reduccionismo innecesario e insuficiente.
¿Qué ocurriría si todos los saberes fueran comunes? Para Burke el
secretismo cumple ciertas funciones en el campo de la política, la
diplomacia y la privacidad personal, una conquista social que bien merece
ser respetada. Burke concluyó su conferencia compartiendo con los asistentes preguntas e incógnitas propias nuestro tiempo. Fue el mejor final posible.
Enlaces:
En comú. Centre de Cultura Contemporània de Barcelona.
La gente sabe más sobre menos cosas, Peter Burke
Estem més a prop que mai de l'ideal de coneixement comú, Peter Burke
Vídeo de la conferencia "El saber".
28 de enero de 2013
Invictus
Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley (Long John Silver)
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley (Long John Silver)
22 de enero de 2013
Más allá de la transparencia
Una de la reacción institucional y ciudadana de mayor repercusión ante la corrupción política es la
demanda de una mayor transparencia en la actuación gubernamental. Es evidente
que las instituciones democráticas son las más efectivas a la hora de controlar
la acción de los políticos y prevenir el mal uso y abuso del poder, pero los
sistemas democráticos tienen todavía importantes niveles de opacidad generadores
de corrupción política.
Como consecuencia
de la insistente demanda de la ciudadanía, el concepto de transparencia se ha
incorporado definitivamente en el pensamiento político actual. Distintos
gobiernos en todo el mundo han iniciado un proceso progresivo para impulsar y
llegar a cabo estrategias ligadas al concepto de “Gobierno Abierto” (Open Government), cuyo principal
objetivo está ligado a la mejora de los niveles de transparencia, mediante la
apertura de datos e información del sector público. Con ello se pretende
facilitar el control social y la rendición de cuentas por parte de los políticos. Así mismo, se
desea facilitar la participación de la ciudadanía en el diseño e implementación
de las políticas públicas y crear nuevos espacios de colaboración entre la
sociedad civil, el sector público y el sector privado. Todas estas medidas van
encaminadas a la mejora del sistema democrático y a incrementar los niveles de
confianza entre representantes y representados, tan malogradas por la
corrupción política.
La iniciativa de
Gobierno Abierto ha entrado en la actualidad en una fase de promoción global e
internacional, a través del Open
Government Partnership,
una asociación que reúne a los líderes de 50 países de los cinco continentes y a la que España se sumó. Nuestro país,
después de 35 años de democracia, es el único país de la Unión Europea , de más de un
millón de habitantes, que no cuenta con leyes que regulen el acceso de los
ciudadanos a la información pública. Recientemente,
el 26 de julio de 2012, el Gobierno de España aprobó el anteproyecto de Ley sobre
Transparencia, Acceso a la Información y Buen Gobierno. Dicho anteproyecto de ley
fue sometido a información pública para obtener sugerencias de la ciudadanía
que permitieran su mejora. Durante el período de 15 días de información
pública, la página web ministerial recibió casi 80.000 visitas y los ciudadanos
enviaron más de 3.600 contribuciones. Estas cifras indican claramente el
interés de la ciudadanía por la mejora de los niveles de transparencia en
nuestro país.
No hay duda que
esta ley representa un avance considerable en la “publicación preactiva” de la
información pública. Las instituciones dependientes del Estado deberán publicar
datos de gran relevancia, por ejemplo, datos sobre el personal, las leyes, los
presupuestos y gastos, los sueldos de altos cargos, las ayudas públicas y
contratos concedidos, etc. También se crearan unidades especializadas para
recabar, difundir y tramitar la información, y no será necesario incluir en las
solicitudes de información los motivos por los que se reclaman los datos
solicitados.
Pero el
anteproyecto de ley tiene importantes deficiencias y restricciones que pueden
impedir que España cumpla con los convenios internacionales sobre
transparencia, como el del Consejo Europeo de Acceso a Documentos Públicos. Quedarán fuera de esta
norma, por ejemplo, los informes técnicos en los que se apoyan las decisiones políticas
y los documentos que remiten los grupos de presión. Quedan excluidos, también, la Casa Real , las funciones
no administrativas de los poderes legislativo, judicial y órganos constitucionales,
así como los partidos políticos, sindicatos y receptores de ayudas públicas. No
se acaba con el silencio administrativo (si en un plazo no se contesta una
petición de información del ciudadano, “se
entenderá que la solicitud ha sido desestimada”, art. 17), ni se reconoce
el acceso a la información como un derecho fundamental, inherente al derecho de
la libertad de expresión. Por otra parte, Ley de Transparencia se mezcla con la del Buen Gobierno ,
resultando así excesivamente compleja y amplia, quedando fuera importantes
aspectos sin tratar.
Desde nuestro
punto de vista la transparencia se logra, entre otras medidas, con: 1. Claridad
en la gestión. 2. Funcionamiento eficaz y transparente de los órganos de
control y fiscalización de los diferentes espacios normativos del Estado. 3.
Claridad en el manejo y el destino de los fondos públicos. 4. Rendición
periódica de cuentas por parte de autoridades y directivos de entidades y
organismos públicos. 5. Exhibición de las declaraciones juradas de renta de
funcionarios públicos, antes y después de su gestión pública. 6. Funcionamiento
eficaz y honesto de los órganos de control y vigilancia en las entidades
privadas (asociativas, empresariales, bancarias). 7. Participación ciudadana en
la lucha anticorrupción, y 8.Creación de las oficinas de recepción de denuncias
ciudadanas contra la corrupción en las entidades públicas[1].
El conjunto de estas medidas deben estar orientadas a establecer lo que Guillermo O'Donnell [1] denominó 'accountability' (transparencia y rendición de cuentas) tanto horizontal como vertical. Según O'Donnell para que la accountability horizontal sea efectiva deben existir agencias estatales autorizadas y dispuestas a supervisar, controlar, rectificar y/o sancionar actos ilícitos de otras agencias del Estado. "La accountability horizontal no es producto de agencias aisladas sino de redes que incluyen en su cima un poder judicial comprometido con esa accountability", considera. En cuanto a la accountability vertical, O'Donnell la relaciona precisamente al control y fiscalización que pueden ejercer la ciudadanía y las organizaciones sociales de base frente a las entidades públicas de gobierno.
Más allá de medidas concretas, diríamos, no obstante, que la demanda de una mayor transparencia gubernamental refleja básicamente un grave problema de comunicación y desconfianza entre representantes y representados. En la teoría de la acción comunicativa de Jürgen Habermas[2] encontramos un esfuerzo destacable por solucionar este tipo de problemas complejos del sistema social actual. Entiende Habermas por acción comunicativa aquella acción en la que dos sujetos (en nuestro caso, políticos y ciudadanos), ambos con capacidad de lenguaje y acción, entablan una relación interpersonal. El elemento central de dicha relación es la negociación que permitirá lograr un consenso entre ambos, un acuerdo racionalmente motivado, sin intervención de ningún tipo de coacción. Pero la idea de “consenso” resulta inseparable a las ideas de conflicto y disenso, puesto que el conflicto solamente puede surgir después de la controversia y la discusión.
El conjunto de estas medidas deben estar orientadas a establecer lo que Guillermo O'Donnell [1] denominó 'accountability' (transparencia y rendición de cuentas) tanto horizontal como vertical. Según O'Donnell para que la accountability horizontal sea efectiva deben existir agencias estatales autorizadas y dispuestas a supervisar, controlar, rectificar y/o sancionar actos ilícitos de otras agencias del Estado. "La accountability horizontal no es producto de agencias aisladas sino de redes que incluyen en su cima un poder judicial comprometido con esa accountability", considera. En cuanto a la accountability vertical, O'Donnell la relaciona precisamente al control y fiscalización que pueden ejercer la ciudadanía y las organizaciones sociales de base frente a las entidades públicas de gobierno.
Más allá de medidas concretas, diríamos, no obstante, que la demanda de una mayor transparencia gubernamental refleja básicamente un grave problema de comunicación y desconfianza entre representantes y representados. En la teoría de la acción comunicativa de Jürgen Habermas[2] encontramos un esfuerzo destacable por solucionar este tipo de problemas complejos del sistema social actual. Entiende Habermas por acción comunicativa aquella acción en la que dos sujetos (en nuestro caso, políticos y ciudadanos), ambos con capacidad de lenguaje y acción, entablan una relación interpersonal. El elemento central de dicha relación es la negociación que permitirá lograr un consenso entre ambos, un acuerdo racionalmente motivado, sin intervención de ningún tipo de coacción. Pero la idea de “consenso” resulta inseparable a las ideas de conflicto y disenso, puesto que el conflicto solamente puede surgir después de la controversia y la discusión.
Según Habermas para que una acción
comunicativa sea efectiva, los objetivos tienen que ser claramente expresados,
sin interfugios, todos los interlocutores deben intervenir en un plano de
igualdad, y todos han de activar la posibilidad de llegar a un entendimiento
razonado. Más allá de la elaboración de normativas y regulación de reglas,
encontramos aquí, una serie de requisitos imprescindibles para el avance de la
transparencia y la comunicación entre ciudadanos y responsables públicos.
Cuando se reclama
más transparencia en la acción de gobierno habitualmente se reclaman datos e
información pero, en el fondo, la demanda social es otra. Los ciudadanos necesitan
constatar por ellos mismos la validez de los mensajes de los representantes
públicos. Habermas distinguió tres tipos de pretensión de validez en toda
comunicativa: la verdad, la veracidad y la rectitud. La verdad
siempre ha sido la gran aspiración del conocimiento humano pero Habermas
considera que la veracidad y la rectitud no deben serlo menos, especialmente en
el ámbito de las interrelaciones entre los individuos.
- La verdad queda recogida en aquellos enunciados que pretenden captar fielmente los acontecimientos y los hechos del mundo objetivo. Se ajustarán a la pretensión de verdad cuando la relación entre los enunciados y los hechos es adecuada.
- La validez queda plasmada en aquellos enunciados de tipo expresivo que tratan de las vivencias de los hombres y hacen referencia al mundo sujetivo. Reflejan el mundo interior y se basan en la sinceridad y la veracidad de la acción.
- La rectitud afecta a aquellos enunciados que se adecuan a las normas y las reglas del mundo social.
La exigencia de la
ciudadanía de conseguir mayor transparencia gubernamental, en realidad
manifiesta el deseo de obtener mayores niveles de estos tres tipos de pretensiones
de validez en las acciones comunicativas de la clase política. No sólo se desea
comprobar la rectitud de la información y los datos que maneja el gobierno (adecuación
a las normas), ni se aspira sólo a la verdad de sus enunciados (relación
adecuada entre enunciados y hechos), sino que también se pretende constatar que
son informaciones válidas y se sustentan en la sinceridad, incluso personal, de
los representantes públicos. La aspiración real de la transparencia
gubernamental es la sinceridad, la misma que se espera habitualmente en las
relaciones cotidianas entre individuos. No es suficiente cumplir ciertas reglas
de transparencia. Las relaciones entre representantes y representados son
experiencias vitales y en la medida que no están basadas en la confianza y en la
sinceridad, acaban convirtiéndose en fricción y desafección. En una sociedad
abierta y democrática se requiere la existencia de una verdadera interacción
cooperativa entre la administración, las instituciones y los ciudadanos. Hace
muchos años Kant lo expresó de la siguiente forma: “Las acciones referidas al
derecho de otros hombres, cuyas máximas no admiten publicidad, son injustas”.
17 de enero de 2013
Qué es la corrupción
En su etimología
“corrupción” proviene del término latino “corruptio” que significa
alteración, modificación o descomposición de algo existente. El
sentido amplio de este término se refiere al momento en que una determinada función
cambia su comportamiento habitual y se realiza de una manera indebida.
Si acudimos al
diccionario de la
Real Academia Española [1] encontramos la siguiente definición:
“Acción y efecto de corromper o corromperse. Alterar o trastocar la forma de
algo. Sobornar a alguien con dádivas o de otra manera. Pervertir o seducir a
alguien. En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica
consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellos en
provecho, económico o de otra índole de sus gestores”.
Por su parte, el Diccionario Jurídico[2] la define como: “Acción y efecto de
corromper. Cohecho. Soborno de persona o autoridad mediante precio, especies,
promesa o cualquier otro medio”.
Si bien el sentido etimológico del término "corrupción" es claro y concreto, el uso que a lo largo de la historia se ha hecho de él ha sido ambiguo y ha ido variando en función de los diferentes momentos históricos y sus contextos político, jurídico y moral. A veces se ha utilizado para hacer referencia a actividades concretas pero también para expresar situaciones más generales como la destrucción, la adulteración o la desintegración (Peter Euben, 1989).
A continuación incluimos una serie de definiciones elaboradas por algunos de los autores más reconocidos en el análisis del fenómeno de la corrupción.
<!--[endif]-->
Heidenheimer[3]: “La corrupción se da cuando alguien que detenta el
poder encargado de hacer ciertas cosas… es inducido mediante recompensas
monetarias o de otro tipo… a realizar acciones que favorecen a quien ofrece la
recompensa y en consecuencia dañan al grupo o a la organización al que el
funcionario pertenece”.
Eduardo Wills<!--[if !supportFootnotes]-->[4]: “Uso de funciones y
atribuciones públicas para obtener o conceder beneficios particulares, en
contravención de las disposiciones
legales y normativas existentes en un momento histórico dado. De manera
más general, es el uso indebido del poder y de los recursos públicos para el
beneficio personal o el beneficio político particular”.
Banco Mundial[5]: “Abuso
de un funcionario público en beneficio privado en el entendido que ese
beneficio pueda darse ya sea que el funcionario acepte el soborno o extorsione
al perjudicado”.
Joseph Nay[5]: “Comportamiento
que se aparta de las obligaciones normales de la función pública por motivos
privados (la familia, el entorno cercano), pecuniarios o de incremento de
estatus. También sostiene que implica una conducta que se desvía de las
obligaciones de orden público normales debido a intereses personales o
beneficios monetarios o de orden social; o lo que viola normas respecto al uso
de cierto tipo de influencias con fines personales”.
Jesús González Pérez[5]: “Utilización de las protestas públicas para intereses particulares
cualquiera que sea la forma de manifestarse, sea en beneficio propio o de un
tercero o de un partido político, sea por razón de amistad o por dinero o por
otras prestaciones”.
Francisco Laporta[5]: “La
corrupción significa que un servidor público abusa de su autoridad para obtener
un ingreso extra del caudal público (…). Conducta que se desvía de los deberes
formales de un cargo público a causa de ganancias (pecuniarias o de status) de
tipo privado (personal, familiar o de grupo)”.
J. Van Klaveren[5]: “Un
funcionario público corrupto considera su cargo como un negocio del cual
buscará maximizar los ingresos. Por ello, el nivel de sus entradas dependerá de
la situación de mercado y de su talento para encontrar el punto de máxima
ganancia a costa de la demanda pública”.
Carlos Cubillo[5]: “La
corrupción es todo conjunto de acciones u omisiones generadoras de una conducta
ilícita y dolorosa, desarrollada clandestinamente por los titulares de las
competencias necesarias para el ejercicio de determinadas funciones públicas, y
que provoca un beneficio injustificado –económico o de otra índole- a favor de
la autoridad o empleado público que actúa, o de otras personas elegidas por él
mismo, y todo ello en perjuicio de la integridad de los poderes públicos”.
Garzón Valdés<!--[if !supportFootnotes]-->[6]: “La corrupción consiste en la violación limitada de una
obligación por parte de uno o más decisores con el objeto de obtener un
beneficio extraposicional del agente que lo(s) soborna o a quien extorsiona(n)
a cambio del otorgamiento de beneficios para el sobornante o el extorsionado que
superan los costos del soborno o del pago del servicio extorsionado”.
Gibbons<!--[if !supportFootnotes]-->[7]: “Desobedecer pautas que regulan la actividad pública
–colectiva- con el fin de satisfacer intereses personales”.
López<!--[if !supportFootnotes]-->[8]: “Transgresión de normas
dentro de un determinado orden social, en este caso, de una sociedad política
como totalidad organizada y volente de una cierta racionalidad, transgresión
que cuestiona en alguna medida la supervivencia razonable de esa totalidad”.
J. G. Padioleau<!--[if !supportFootnotes]-->[9]: “Son cuatro los elementos de la
definición: 1. La violación de reglas y de normas relativas a lo que es percibido
como ‘interés general’ en una sociedad política de una época determinada. 2. En
el curso de un ‘cambio clandestino’ entre los mercados político, social y
económico. 3. Con la consecuencia (esperada) de dar, a individuos o a grupos,
‘medios de acceso o de influencia’ en los procesos de decisión política y
administrativa ‘superiores’ a los que ellos dispondrían en un ejercicio abierto.
4. Y traduciéndose eventualmente por ‘beneficios’ tangibles, materiales o de
otra clase, por las partes (o alguna de ellas) intervinientes en la transacción”.
<!--[endif]-->
[1] Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española, Madrid, 2001, vigesimo segunda edición.
[3]<!--[endif]-->
Laporta, Francisco, J, “La corrupción política:
introducción general”, en Andrés Ibáñez, et al., La corrupción política, Madrid, Alianza,1997., p. 20.
<!--[if !supportFootnotes]-->[4]<!--[endif]--> Diego Bautista,
Óscar, ¿Por qué se corrompen los servidores públicos?, Toluca, Estado de
México, Universidad Autónoma del Estado de México, CICSYH Poder Legislativo del
Estado de México, 2010.
[5] Arjona Trujillo, Ana María,
La corrupción política: una revisión de
la literatura, Madrid, Departamento de Economía, Universidad Carlos III,
documento 02-14, serie de economía 04, 2002
<!--[if !supportFootnotes]-->[6] Garzón Valdés, Ernesto, “Acerca
del concepto de corrupción”, en Andrés
Ibáñez, et al., op.cit.,1997, p. 52.
[7]
Álvarez, Silvia, “Reflexiones sobre la calificación moral
del soborno”, en Andrés Ibáñez, et al., op.cit., p. 93.
[10] “Índice de percepción de la Corrución, 2011”, sitio web “Transparencia Internacional”.
Enlaces:
Qué hacer con la corrupción, de José Antonio Gómez Yáñez y César Molinas, El País, 22 de enero de 2013
Cómo cambiar la tendencia, de Adela Cortina, El País, 23 de enero de 2013
Ilustración: 25.media.tumblr.com
Enlaces:
Qué hacer con la corrupción, de José Antonio Gómez Yáñez y César Molinas, El País, 22 de enero de 2013
Cómo cambiar la tendencia, de Adela Cortina, El País, 23 de enero de 2013
Ilustración: 25.media.tumblr.com
15 de enero de 2013
La Europa en común
Ulrich Beck*, reconocido activista en la actual batalla de las ideas, inauguró el 14 de enero en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona el ciclo de conferencias "En común".. El título hace referencia a aquellos bienes comunes y compartidos que son patrimonio y responsabilidad de todos, la naturaleza, por ejemplo; o los sueños, la educación, los ideales democráticos, las ciudades, la música... Europa.
Beck trató la idea de Europa como un
bien común reconociendo abiertamente la dificultad de hablar de ella. Vivimos en un mundo en el que no sabemos si la
situación de hoy se mantendrá mañana, la
realidad se transforma constantemente y, a la vista de los desafíos cotidianos a los que nos
enfrentamos, nuestras expectativas y
teorías van a parar al vacío. En el siglo XX el orden imperante se reproducía con cierta lógica pero hoy los acontecimientos se
desarrollan de manera diferente. El cambio climático, el 11-S, la
crisis del euro, por ejemplo, son acontecimientos
inesperados, globales y universales que ponen en cuestión el orden
establecido y muestran hasta qué punto
dependemos unos de otros.
Breck ha recogido éstas y otras consideraciones en su teoría de la
sociedad del riesgo. Se basa en la idea de que la modernización ha ocasionado una serie de consecuencias inesperadas que están
poniendo en riesgo el orden actual, por ejemplo, la vigencia del concepto nación-estado. Europa está integrada teóricamente por diferentes naciones estado
pero, en realidad, estas entidades no son más que una ilusión
que opera en nuestras cabezas. Ninguna de estas naciones tiene entidad suficiente como para encontrar por ella misma una solución a la situación actual. La crisis del euro
es otra consecuencia sobrevenida. En este caso, ni siquiera podemos hablar de ello con claridad porque nadie comprende lo que está ocurriendo.
La idea de una posible catástrofe nos amenaza aunque afortunadamente nos encontramos en la fase previa, en el momento de la
anticipación, del riesgo y del tiempo en el que la movilización todavía puede evitarla. El riesgo es el factor que permite desarrollar
la capacidad de reinvención y resolución de la sociedad, permite saca
a la gente de la rutina y obligarla a negociar y a actuar
con coraje.
Muchas de las teorías
actuales consideran que estamos en el final de la política. Beck
discrepa totalmente y afirma que estamos vivimos un tiempo muy político, centrado en la búsqueda de alternativas políticas viables. La existencia de tantos conflictos y la polémica de tantos conceptos están promoviendo pequeñas revoluciones y un movimiento político de fondo. La
controversia sobre cómo actuar se está convirtiendo en un factor determinante. Los riesgos y las amenazas son reales y su inminencia puede acabar desarrollando nuevas
formas de cooperación y una nueva idea de Europa.
La
crisis está cambiado el paisaje de Europa y está provocando diferentes escisiones
en su seno. La Unión empieza a dividirse entre países que tienen el
euro y los que no, entre los que conceden créditos y los que los reciben, entre los que van a una velocidad y los que van a otra. Estas
escisiones incentivan la desigualdad dentro y fuera de los estados, y en este nuevo escenario Alemania está adoptando una posición de total predominio. Beck considera que esta nueva
posición de Alemania es informal y que está ganando la contienda en
la UE sin ser consciente de ello. ¿Cómo ha sucedido
esto? Para responder a esta cuestión Beck utiliza un sugerente juego de
palabras entre los términos maquiavelismo y Merkel, refiriéndose así a la política de la canciller: el "merkiavelismo".
Después de la II
Guerra Mundial, Alemania desarrolló el simbolismo del marco alemán y conquistó
un nuevo lugar en el mundo democrático. En la actualidad, Alemania está desarrollando lo que Beck
denomina el “euronacionalismo”, esto es, el nacionalismo del euro alemán. Este predominio alemán no tiene fundamento militar, no es poder militar sino posición de influencia política y económica. Las élites influyentes alemanas consideran que la unificación de
Alemania y la integración de Berlín oriental fue un éxito y el modelo a seguir en Europa.
En su libro Una Europa alemana, Beck considera que la idea de la Unión Europea podría hundirse en el futuro o podría superar las desigualdades y la inercia de las naciones-estado. En esta disyuntiva el autor valora la distancia existente entre los ciudadanos y la idea de Europa como una preocupante deficiencia. ¿Qué figura política debería tener la Europa del futuro para ser estimada por los ciudadanos? ¿Qué instituciones necesitaría Europa? ¿Qué sistema fiscal? ¿Qué sistema de solidaridad? La idea de Europa debe ser construida también desde la perspectiva del ciudadano. Europa no significa nada para muchas personas porque estamos atrapados en el nacionalismo metodológico y no llegamos a entender lo interconectados que estamos.
En su libro Una Europa alemana, Beck considera que la idea de la Unión Europea podría hundirse en el futuro o podría superar las desigualdades y la inercia de las naciones-estado. En esta disyuntiva el autor valora la distancia existente entre los ciudadanos y la idea de Europa como una preocupante deficiencia. ¿Qué figura política debería tener la Europa del futuro para ser estimada por los ciudadanos? ¿Qué instituciones necesitaría Europa? ¿Qué sistema fiscal? ¿Qué sistema de solidaridad? La idea de Europa debe ser construida también desde la perspectiva del ciudadano. Europa no significa nada para muchas personas porque estamos atrapados en el nacionalismo metodológico y no llegamos a entender lo interconectados que estamos.
Así pues, la cuestión europea
es una cuestión abierta, sin respuestas. ¿Qué alternativas
existen a la visión maquiavélica de
Europa? No resulta fácil pensar
en una identidad europea porque estamos inmersos en el fatalismo y no vemos posibilidades de cambio. ¿Qué elementos podrían permitirnos salir de esta situación? Beck recurre a Rousseau y su
teoría del pacto social, se siente fascinado con su lectura todavía vigente. Rousseau estaba convencido de que los hombres pueden
mejorar de forma significativa su estado natural a través de un pacto social que
les permita alcanzar mayores niveles de libertad. De la misma manera, Beck cree necesario superar el concepto estado-nación para llegar a una mayor libertad y emancipación de Europa.
La idea de un posible pacto social europeo comportaría más libertad y más Europa. Europa no
puede convertirse en una sociedad nacional en sí misma porque está compuesta de estados nacionales. Hacer de Europa una gran nación y una sociedad unitaria, como pretende Alemania, sería un error. Los ciudadanos tendrían la sensación de perder su identidad. Debemos
apostar por una idea de Europa que respete las identidades nacionales de los individuos y a la vez que los enriquezca colectivamente. La dificultad de la idea de Europa no
radica en la falta de identidad sino en la sensación de que gran parte de los europeos no quiere renunciar a su propia identidad.
Los ciudadanos no sólo se ven amenazados por el capitalismo global sino también por las respuestas de la política a la situación actual. De momento, estas respuestas reflejan un preocupante realismo vertical a la hora de administrar los recursos. Se considera, por ejemplo, que los bancos son indispensables para el sistema y que los estados deben poner a su disposición una gran cantidad de dinero, aunque eso signifique recortar sustancialmente los servicios públicos. Resulta escandaloso justificar este principio de desigualdad desde el punto de vista económico e inaceptable desde el punto de vista social y político.
Los ciudadanos no sólo se ven amenazados por el capitalismo global sino también por las respuestas de la política a la situación actual. De momento, estas respuestas reflejan un preocupante realismo vertical a la hora de administrar los recursos. Se considera, por ejemplo, que los bancos son indispensables para el sistema y que los estados deben poner a su disposición una gran cantidad de dinero, aunque eso signifique recortar sustancialmente los servicios públicos. Resulta escandaloso justificar este principio de desigualdad desde el punto de vista económico e inaceptable desde el punto de vista social y político.
Beck reclama un debate sobre el futuro de Europa enfocado desde la perspectiva social.
Sugiere un sistema de seguridad social europeo o impuestos europeos de transacciones financieras, por ejemplo. Puede parecer utópico pero lo considera posible. Apuesta también por una Europa con mayor capacidad democrática. Lo que caracteriza la
identidad europea es la democracia y su capacidad de actuar poniéndose en la piel de los demás. Europa debe ser el centro de una idea democrática construida desde la base.
Sin duda vivimos un momento
excepcionalmente político. Ante la posibilidad real del hundimiento de Europa, las consecuencias serían imprevisibles, ni siquiera podemos imaginarlas. En este contexto el pesimismo también es un bien común, no es patrimonio de los intelectuales. Todos los
grandes europeos han sido siempre pesimistas pero hoy el pesimismo no requiere de una gran inteligencia, lo vemos cada día en las noticias. Lo
determinante de la situación política actual es que nos
permite definir una nueva Europa desde la base; necesariamente debe ser desde la base si queremos que la
crisis se transforme en esperanza y en un futuro nuevo y quizás brillante.
*Catedrático emérito de Sociología de la Universidad Ludwing Maximilian de Munic y catedrático de Sociología en la London School of Economics, autor de “Una Europa alemana” (2012).
*Ilustración: CCCB
Enlaces:
Entrevista a Ulrich Beck, La Contra de La Vanguardia, 16 de enero de 2013
"En comú", CCCB
"Alemania no es capaz de verse a sí misma", de Clara Blanchar. El País, 16 de enero de 2013
La dilatación como táctica domesticadora, de Ulrick Beck, El País, 24 de enero de 2013
Das deutsche Europa, de Ulrich Beck (o, más bien, "el carajal del euro"), de Andrés Boix Palop. El País, 25 de marzo de 2013
Alemania impone sus recetas con una plantilla moral, 5 de mayo de 2013
*Catedrático emérito de Sociología de la Universidad Ludwing Maximilian de Munic y catedrático de Sociología en la London School of Economics, autor de “Una Europa alemana” (2012).
"En comú", CCCB
"Alemania no es capaz de verse a sí misma", de Clara Blanchar. El País, 16 de enero de 2013
La dilatación como táctica domesticadora, de Ulrick Beck, El País, 24 de enero de 2013
Das deutsche Europa, de Ulrich Beck (o, más bien, "el carajal del euro"), de Andrés Boix Palop. El País, 25 de marzo de 2013
Alemania impone sus recetas con una plantilla moral, 5 de mayo de 2013
13 de enero de 2013
Poco tiempo
Tendré que deciros otra vez más, con angustia, que tenemos muy poco hilo para desmadejar, leve aire para respirar, pocas bocas para besar, pocos instantes para crear.
Texto: Papini.
Ilustración: Jorge Protomastro
10 de enero de 2013
Esto es amor, quien lo probó lo sabe
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Texto: Lope de Vega
9 de enero de 2013
Brote verde
"Me gustan los hechos pequeños. Ocupan en cierto
modo poco lugar en la memoria, que los retiene fácilmente. Y, además, siempre
tienen algún rasgo característico. Son indicios, muy adecuados para la indicación. Pues ,
si puedo decirlo así, sólo han tenido existencia porque las costumbres del
tiempo, el humor de un personaje, sus gustos, sus costumbres, sus manías, son
un fondo que los ha hecho nacer, un terreno donde se los ha visto. Los grandes
acontecimientos nacen de las cosas y del encadenamiento de las causas. Pero los
pequeños nacen del hombre. Producciones espontáneas cuya simiente está en el
suelo y que descubren su calidad".
Fuente: Pensamientos, de Josep Joubert.
Ilustración: Francisco Lezama.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)