Tendré que deciros otra vez más, con angustia, que tenemos muy poco hilo para desmadejar, leve aire para respirar, pocas bocas para besar, pocos instantes para crear. Texto: Papini. Ilustración: Jorge Protomastro
No tengo padres; hago del Cielo y la Tierra mis padres. No tengo hogar; hago de mi espíritu mi hogar. No tengo fuerza; hago del honor mi fuerza. No tengo poder divino; hago de la honestidad mi poder divino. No tengo recursos; hago de la humildad mi recurso. No tengo el poder mágico; hago de mi fortaleza de ánimo mi poder mágico. No tengo vida ni muerte; hago del Absoluto mi vida y mi muerte. No tengo cuerpo; hago del valor mi cuerpo. No tengo ojos; hago del relámpago mis ojos. No tengo oídos; hago de la sensibilidad mis oídos. No tengo miembros; hago de la rapidez mis miembros. No tengo ley; hago de la autodefensa mi ley. No tengo designios; hago de la oportunidad mi designio. No tengo estrategia; hago de mi sakkatsu-jizai* mi estrategia. No puedo hacer milagros; hago de mi doctrina mi milagro. No tengo principios; hago de la adaptabilidad mi principio. No tengo talento; hago de la astucia mi talento. No tengo táctica; hago del Vacío mi táctica. No tengo amigo; hago de mi mente mi amiga. No tengo enemigo; hago del descuido mi enemigo. No tengo armadura; hago de la benevolencia y la rectitud mi armadura. No tengo castillo; hago de la imperturbabilidad mi castillo. No tengo espada; hago de mi “no mente” mi espada.
Defender la alegría como una trinchera defenderla del escándalo y la rutina de la miseria y los miserables de las ausencias transitorias y las definitivas
defender la alegría como un principio defenderla del pasmo y las pesadillas de los neutrales y de los neutrones de las dulces infamias y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera defenderla del rayo y la melancolía de los ingenuos y de los canallas de la retórica y los paros cardiacos de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino defenderla del fuego y de los bomberos de los suicidas y los homicidas de las vacaciones y del agobio de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza defenderla del óxido y la roña de la famosa pátina del tiempo del relente y del oportunismo de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho defenderla de dios y del invierno de las mayúsculas y de la muerte de los apellidos y las lástimas del azar y también de la alegría.
No tengo padres;
ResponderEliminarhago del Cielo y la Tierra mis padres.
No tengo hogar;
hago de mi espíritu mi hogar.
No tengo fuerza;
hago del honor mi fuerza.
No tengo poder divino;
hago de la honestidad mi poder divino.
No tengo recursos;
hago de la humildad mi recurso.
No tengo el poder mágico;
hago de mi fortaleza de ánimo mi poder mágico.
No tengo vida ni muerte;
hago del Absoluto mi vida y mi muerte.
No tengo cuerpo;
hago del valor mi cuerpo.
No tengo ojos;
hago del relámpago mis ojos.
No tengo oídos;
hago de la sensibilidad mis oídos.
No tengo miembros;
hago de la rapidez mis miembros.
No tengo ley;
hago de la autodefensa mi ley.
No tengo designios;
hago de la oportunidad mi designio.
No tengo estrategia;
hago de mi sakkatsu-jizai* mi estrategia.
No puedo hacer milagros;
hago de mi doctrina mi milagro.
No tengo principios;
hago de la adaptabilidad mi principio.
No tengo talento;
hago de la astucia mi talento.
No tengo táctica;
hago del Vacío mi táctica.
No tengo amigo;
hago de mi mente mi amiga.
No tengo enemigo;
hago del descuido mi enemigo.
No tengo armadura;
hago de la benevolencia y la rectitud mi armadura.
No tengo castillo;
hago de la imperturbabilidad mi castillo.
No tengo espada;
hago de mi “no mente” mi espada.
*‘poder para quitar o perdonar la vida’
Gracias, anónimo. Evocador.
ResponderEliminar¡Qué descansada vida
Eliminarla del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.
Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
Del monte en la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.
El aire del huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido.
Téngase su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.
La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.
A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras miserable-
mente se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.
VIDA RETIRADA
Fray Luis de León
Defender la alegría como una trinchera
ResponderEliminardefenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
Defensa de la alegría
Mario Benedetti
"La vida es una distracción permanente que ni siquiera permite tomar conciencia de aquello de lo cual distrae"
ResponderEliminar"El que busca no encuentra; al que no busca, lo encuentran"
Kafka