3 de enero de 2013

El mundo de las mujeres


En su libro El mundo de las mujeres (2006), el sociólogo francés Alain Touraine expone las conclusiones de un trabajo de investigación basado en entrevistas a 60 mujeres representativas de nuestra sociedad actual. Touraine estudia las reflexiones y los comportamientos de las mujeres en la era postfeminista. Me ha parecido interesante recoger algunas de sus  ideas clave para comprender mejor los cambios que las mujeres están experimentando en el proceso de  liberación.

La lucha feminista ha comportado, entre otras cosas, un cambio cultural profundo que está revelando a las mujeres como agentes sociales activos y con voluntad de ser los  sujetos de su propia existencia. A diferencia de las primeras fases del feminismo, en nuestros días, las mujeres se identifican especialmente como mujeres con voluntad de ser y no tanto como víctimas. La cuestión principal que les preocupa es el deber y el esfuerzo de ser lo que ellas entienden como mujer. No manifiestan especial inquietud por la adhesión a una idea terminada o a un movimiento feminista concreto. Su principal objetivo es la construcción de sí mismas como sujetos libres.

Ser mujer hoy es una manera de dar prioridad a la relación consigo misma respecto a la relación con el otro, es decir, con el hombre. No se trata de ir en contra de los hombres, sino de ciertas formas de relación entre hombres y mujeres. Ser mujer hoy tampoco consiste en defender la “feminidad”, entendida como un conjunto de comportamientos supuestamente propios de las mujeres. La idea de una personalidad y conducta puramente femeninas nada tiene que ver con las mujeres del postfeminismo. Éstas desean prioritariamente conseguir una relación creativa consigo mismas y convertirse en agentes activas de sus vidas y decisiones.

Esto supone una importante transformación. Si bien las mujeres han estado  sometidas tradicionalmente a deseos, reglas y funciones impuestas por otros, ahora están más preparadas que nunca para responder a sus propias exigencias internas y personales. Se trata de una conquista interior, subjetiva e íntima. Son plenamente consientes de ser agentes morales, libres y responsables. Están dejando de considerarse a sí mismas como objetos dotados de una identidad que le viene de fuera, para pasar a ser sujetos libres, eligiendo por sí mismas, definiéndose ellas mismas, evaluándose en relación consigo mismas.

Es posible que en este proceso, el movimiento de liberación de las mujeres haya perdido gran parte de su expresión política en forma de lucha revolucionaria pero, en cambio, esta conquista de la subjetividad está presente en la mayoría de las mujeres, independientemente de sus edades y procedencias sociales. Esta conquista representa una profunda y sutil transformación de nuestra sociedad.

Las mujeres de hoy, herederas de las que lucharon por los derechos de la mujer, sienten que ellas, y no los hombres, están creando una manera de vivir distinta. El hecho de que hayan sido marginadas del poder y la riqueza es vivido por las mujeres, no sólo como una injusticia, sino como el signo de su entrada, antes que los hombres, en un nuevo mundo donde las experiencias de la vida privada son tan o más importantes que las de la vida económica o administrativa.

Hoy las mujeres no pretenden construir una sociedad de mujeres, supuestamente más dulce y cariñosa que una sociedad de hombres, quizás más conquistadora y voluntarista. No, las mujeres pretenden crear a partir de sí mismas un nuevo tipo de cultura, para ser vivida por todos, hombres y mujeres. 

El mundo de las mujeres es un conjunto coherente de representaciones y prácticas distintas del de los hombres, no porque las mujeres posean atributos de los que los hombres carezcan, ni porque ellas se salven de los defectos de ellos, sino porque su mundo está orientado hacia la creación de sí. Mientras que los hombres han conquistado el mundo al precio de una escisión que los ha afectado a ellos y a todo lo que les rodeaba, las mujeres intentan orientarse hacia el ser que actúa y no tanto hacia el mundo sobre el cual actúa.

En el caso de las mujeres, la conquista del mundo se transforma en autorrealización. La identidad que las mujeres buscan está basada en la capacidad de pensar, de actuar, de esperar y sufrir por ellas mismas. En este sentido, es importante subrayar que las mujeres hablan mucho menos de hombres de lo que suponíamos y cada vez se definen menos en relación con ellos, e insisten cada vez más en la necesidad de espacios y momentos no mixtos.

La mayoría de las mujeres postfeministas defiende posiciones “progresistas” y critican la desigualdad que sufren las mujeres pero, al mismo tiempo, reivindica su derecho a la diferencia. Por una parte, se sienten dominadas por una “estructura” social y por las relaciones de poder, normas, deberes e intereses y, por otra, desean definirse en relación consigo mismas y luchan por salvar la conciencia de sí. En este doble esfuerzo se produce un giro destacable. Las mujeres han pasado de una conciencia de sí mismas como objetos, a una conciencia de sujetos, y sus objetivos no son ahora exclusivamente negativos, no se limitan a acabar con una dominación, sino que son positivos y se basan en la construcción de sí mismas. El cambio de perspectiva es considerable. Otra de las características de este proceso de construcción personal de las mujeres postfeministas es la ausencia de confrontación beligerante, la moderación y el carácter pacífico y no revolucionario de dicho proceso, lo cual no debe ocultar su radicalidad y su importancia.

La mujer-sujeto no es una diosa o una estatua sino un ser humano que gestiona (con dificultades) la relación entre sus roles sociales, de los que no puede desprenderse, su experiencia biológica inseparable de la relación con los hijos, sus relaciones con el ser amado y, por último, su relación consigo misma, que es el núcleo de la construcción personal. Este nuevo modelo, tranquilo y profundo, de las mujeres postfeministas, de centrarse en el sujeto y en la subjetivación, da lugar a un nuevo modelo general de acción colectiva que se puede encontrar en diversos sectores de la vida política y social. Un cambio de perspectiva importante.

Mientras que las tendencias de la cultura contemporánea, tal como ha planteado Zygmunt Bauman, disuelven al individuo en un mundo “líquido”, un mundo en el que el sujeto tiende a desaparecer, las mujeres se empeñan en una construcción personal que resista activamente cualquier forma de fragmentación y disolución de la personalidad. “Yo soy mujer e intento construirme a mí misma”, difícil reto en el actual contexto.


Fuente: El mundo de las mujeres, de Alain Touraine.
Ilustración: Wally, de Egon Schiele (1890-1918)

16 comentarios:

  1. http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20130107/54358665305/joana-bonet-mujeres-alfa.html

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  2. Gracias, Anónimo. Siempre oportuno...

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  3. una precursora...


    http://mujeresparapensar.wordpress.com/2008/02/24/cristina-de-pisan/

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  4. + pizan:

    “Si las mujeres hubiesen escrito esos libros los habrían hecho distintos, porque ellas saben que se las acusa en falso”.

    La ciudad de las damas

    Sentada un día en mi cuarto de estudio (1), rodeada toda mi persona de los libros más dispares, según tengo costumbre, ya que el estudio de las artes liberales es un hábito que rige mi vida, me encontraba con la mente algo cansada, después de haber reflexionado sobre las ideas de varios autores. Levanté la mirada del texto y decidí abandonar los libros difíciles para entretenerme con la lectura de algún poeta. Estando en esa disposición de ánimo, cayó en mis manos cierto extraño opúsculo, que no era mío sino que alguien me lo había prestado. Lo abrí entonces y vi que tenía como título “Las lamentaciones de Mateolo” (2). Me hizo sonreír, porque, pese a no haberlo leído, sabía que ese libro tenía fama de discutir sobre el respeto hacia las mujeres. Pensé que ojear sus páginas podría divertirme un poco, …
    (…)
    Si fuera costumbre mandar a las niñas a la escuelas e hiciéranles luego aprender las ciencias, cual se hace con los niños, ellas aprenderían a la perfección y entenderían las sutilezas de todas las artes y ciencias por igual que ellos pues aunque en tanto que mujeres tienen un cuerpo más delicado que los hombres, más débil y menos hábil para hacer algunas cosas, tanto más agudo y libre tienen el entendimiento cuando lo aplican.Ha llegado el momento de que las severas leyes de los hombres dejen de impedirles a las mujeres el estudio de las ciencias y otras disciplinas. Me parece que aquellas de nosotras que puedan valerse de esta libertad, codiciada durante tanto tiempo, deben estudiar para demostrarles a los hombres lo equivocados que estaban al privarnos de este honor y beneficio. Y si alguna mujer aprende tanto como para escribir sus pensamientos, que lo haga y que no desprecie el honor sino más bien que lo exhiba, en vez de exhibir ropas finas, collares o anillos. Estas joyas son nuestras porque las usamos, pero el honor de la educación es completamente nuestro.





    http://blog.educastur.es/correlavoz/sabias/christine-de-pizan/

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  5. “Tu padre, gran sabio y filósofo, no pensaba que por dedicarse a la ciencia
    fueran a valer menos las mujeres. Al contrario, como bien sabes, le causó gran
    alegría tu inclinación hacia el estudio. Fueron los prejuicios femeninos de tu
    madre los que te impidieron durante tu juventud profundizar y extender tus
    conocimientos, porque ella quería que te entretuvieras en hilar y otras
    menudencias que son ocupación habitual de las mujeres”

    (El papel del padre y la madre de C.de Pizan)

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  6. La dona que mira

    És la dona que calla i sempre mira:
    Mira com passen els fills i se’n van.
    Mira com els veïns s’estimen al sofà.
    Calla quan el seu home arriba tard
    i duu alguna mentida rebregada.
    És la dona que va mirant la vida
    ben amagada rera les cortines,
    en va prenent bocins, els reparteix,
    i ella no gosa d’agafar-se’n cap.




    Jo sóc la dona que té set de vida,
    i que no en fa prou amb mirar i callar.
    Jo sóc la dona que surt al carrer,
    que crida, que corre, que parla,
    que riu, que estima, que no s’amaga,
    i que la vida se li comença
    a fer curta…

    Hermínia Mas

    Del llibre El vent de les andanes

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  7. SOMNI ENDINS

    Somni endins
    planto el pensament,
    lliure d’angoixa i de nostàlgia.
    I velles imatges,
    que ahir foren turment,
    em són dolç fruit
    d’amor, i de companyia.

    Montserrat Abelló

    (FOC A LES MANS)

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  8. "Dormint, vetlant, yo tinch la fantasia
    en contemplar qui am, qui és, què val,
    e quant més trob, lavors me va pus mal,
    pel pensament, qui’m met en gran follia."

    AUSIAS MARCH


    "Durmiendo, trasnochando, mi fantasía se centra en la contemplación de la que amo, y pienso cómo es y cuánto vale, y cuantos más detalles observo, peor me encuentro, todo por culpa de este pensamiento mío que me vuelve loco."

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  9. I aprenc a dir que no

    Amollo en la nit
    la veu amarga o
    la veu esperancada,
    I aprenc a dir que No.
    -
    Que ja no és temps de plorar
    ni de lamentar-se, ni tampoc
    el de cercar excuses facils.
    -
    I aprenc a dir que No.

    Montserrat Abelló

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  10. Quan ja res no demanes.
    I frueixes callada, escoltant
    la remor lleu d'aigües
    silents, que transcorren segures
    i lentes.

    I ja no et torba el brogit
    de rius ni torrents.

    Sentiras com et corre la sang
    dins les venes.

    Montserrat Abelló

    (FOC A LES MANS)

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