La casualidad, o quizás no, ha querido que el discurso navideño del monarca y el discurso de toma de posesión del presidente de la Generalitat coincidieran en una Nochebuena en la que reina el pesimismo. Dos discursos para una navidad difícil que debieran, según el rey, simbolizar “el triunfo de la generosidad, la solidaridad y el compromiso” y que, en cambio, en nuestros oídos han sonado prácticamente irreconciliables.
El rey, por su parte, ha reconocido que vivimos uno de
los momentos más difíciles de las últimas décadas, excluyéndose como parte del
problema y de la solución, excluyéndose de la austeridad y de las renuncias, no
sólo económicas, sino de soberanía y de privilegios. Dice que el primer
estímulo que nos sacará de la crisis será la confianza en los hombres y mujeres
de este país, pero nada dice de sí mismo. Nos recuerda que la política no vive
hoy sus mejores horas en la percepción de los ciudadanos, y se excluye. Se
lamenta del desapego que se está generando hacia las instituciones y la función
política, y no se incluye.
La primera reacción ante estos discursos es pensar que lo
que menos necesitamos son discursos sordos en estas navidades difíciles,
discursos que deberían ser símbolo de responsabilidad y audacia política, y que en cambio sólo silencian el ruido de dos busques rumbo de colisión, como nos
ha recordado Mas.
Después de treinta y siete años de reinado, olvidado el
gesto que le valió prestigio y respeto durante el malogrado intento de golpe de estado, ahora en
uno de los peores momentos de nuestra historia reciente, serían necesarios gestos
nuevos por parte del monarca que permitieran levantar el telón negro que tapa
su rostro en una parte del Estado. Un grado superior de inteligencia y de “política grande” exigiría algo más que
malgastar la voz en frases bellas y atender, por contra, uno de los graves peligros de la actualidad: el
peligro de no adaptar las instituciones a los hechos y a los tiempos.
Discursos sordos,
ResponderEliminarpalabras necias.
...también bellas palabras. Quizás gastadas.
EliminarDarrere el rei: el retrat de Felip V ...sense amagar.
ResponderEliminaruf!
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